Cuando
el escenario público está en los medios de comunicación, donde se encuentra al
menos en teoría, el debate de lo privado y lo político -según Félix Ortega en su
libro “La política Mediatizada”- resulta abrumante pensar que ese escenario es conscientemente el
mejor espacio para generar plataformas políticas con intereses particulares, cuyo
campo de acción son los espacios colectivos.
La fragilidad del ese espacio
público, que más para mal que para bien, son los medios de comunicación por la
forma en la que son usados, tiene entre sus tantas causas el doble desempeño de periodistas, entre las Relaciones Públicas y el Periodismo.
En un ejercicio de reflexión, dos estudiantes
compartimos algunos criterios:
La exposición de argumentos trajo estas reacciones:
“bueno. no estoy de acuerdo
con que pongan un debate cuando solo hay exponentes de una sola parte en este
caso el periodismo. seria de titular "perspectivas del periodismo y
relaciones publicas". los conceptos que manejan no son específicamente
apegadas a las realidades de las relaciones publicas, yo también podría decir
que los periodistas están ligados a instituciones.”
Jessica Guiracocha
“Las
RR.PP. y el Periodismo no son compatibles, pero si son similares, pues utilizan
las mismas herramientas para comunicar (distintos públicos obviamente). La
ética es vital en el ejercicio de las 2 profesiones porque nos debemos a un
público, además de que se encuentra en juego nuestra credibilidad personal y
profesional. Por otro lado no hay que subestimar y mucho menos limitar el
ejercer profesional de un relacionista público, pues su trabajo no se basa sólo
en "el manejo de imagen" o en el "marketing". El problema
radica en que se ve a las RR.PP. desde una concepción mercantilista, en dónde
el trabajo del relacionista público consistía en enaltecer la imagen de su empresa,
sin importar los medios (sobornos, esconder o distorsionar información) que se
utilizaban para conseguirlo. Las RR.PP. desde una concepción europea,se enfoca
en el hombre y en el servicio a la ciudadanía para lograr el desarrollo de las
comunidades o de la sociedad y no se encamina sólo en el beneficio empresarial.
El periodista y el relacionista público siempre correrá riesgos en empresas
donde traten de imponer un lineamiento ideológico y ahí es donde entra el juego
del ejercicio ético, pero eso es más personal que profesional.”
Ante estas observaciones solo
unos pocos puntos de vista:
-
El ejercicio de exposición de criterios, en este caso en particular, no es
un ataque a las Relaciones Públicas sino una postura clara y urgente frente a
la práctica, que por común no se justifica, de ejercer las relaciones públicas
y el periodismo simultáneamente, o como bien lo define José Hernández, pasar por una puerta giratoria que nos lleva de un oficio al otro. Es innegable el
conflicto de intereses.
- Estamos de acuerdo con la posición de que en ambas
profesiones el ejercicio de la ética es vital, tan de acuerdo como que nos
debemos a públicos diferentes, razón por la que la postura de que un periodista
no debería responder más que a la gente común, con la comprensión de un
escenario social no cambia. El doble desempeño es precisamente lo que se
cuestiona.
-
Mal haría en hablar específicamente de las
relaciones públicas (es algo que no hacemos en la exposición de ideas), pues de
ellas conozco apenas el límite en el que el periodista no incursiona.
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