miércoles, 19 de diciembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
PRENSA MÁS HUMANA
Cuenca 21 de Noviembre
de 2012
¿Son más de 62 años del
conflicto entre el pueblo Palestino y los sionistas? Si.
¿Cuánta cobertura le
han dado los medios al conflicto? Como 9 días entregando a la gente pequeños resúmenes
de lo que pasa “allá lejos” “allá con ellos”. ¿Es que hay más muertos? ¿Es que
la noticia nos duele más o vende más?
Para que nos empiece a
doler, para denunciar, reprochar, es hora de conocer.
Quisiera extenderme en
la indignación que produce la muerte diaria de centenares de personas en Gaza,
en los intereses de poder económico y político que hay atrás de la guerra:
control de Medio Oriente, intensiones de exterminio a los palestinos, dinero,
tierra, extorsión genocidio, muerte..muerte ..muerte. Pero no sé cómo ser
justa en la exposición de lo que pasa, sin embargo está su voz . (Rafeef Ziadah)
No les queda más que su voz, la de los medios ha sido baja, casi un susurro.
Ese silencio parece no
ser casualidad, pues los medios de comunicación son empresas que han sido mal
entendidas como “cuidadoras de la democracia y el sistema” y en este sistema el
fútbol, por ejemplo, atrae más que lo que puede pasar “allá bien lejos”. En un lapso
de 10 horas los tuits de Ecuavisa (solo por poner un ejemplo) han sido 79. Al fútbol
le han dedicado 32, a noticias nacionales 23, a promoción de telenovelas 11, igual
número para curiosidades faranduleras y dos tuits para hablar de Gaza.
La prensa ha olvidado
que somos mediadores entre la gente y gente y en ese olvido han causado una
deformación de la sociedad, que se refleja en la imposibilidad de reaccionar
enérgicamente en contra de brutalidades, que por supuesto nos incumben Y que
además son políticas.
Es que además de todo,
como buenos “guardianes” de lo establecido nos han vendido la idea de que la
política es mala, la han confundido, deliberadamente, con politiquería. Nos dejaron
a los pueblos desarmados, pasivos, con la coyuntura HUMANA.
Sin embargo el
fenómeno de las redes sociales han sido una buena alternativa para democratizar
la información, pero no excusa a las empresas mediáticas de su silencio cómplice.
¿Qué está haciendo hoy
la prensa? Gaza nos debería doler a todos.
Educación: diagnóstico y reflexión.

De los aproximadamente 90 mil aspirantes a ingresar a la Universidad
(bachilleres recientes la mayoría) este año apenas 15 mil lograron entrar a la
educación superior pública según datos expuestos por el Ministro de Talento
Humano, Augusto Espinosa, el pasado 6 de noviembre en un foro sobre “calidad
académica” ofrecido en la Universidad de Cuenca.
¿Un problema de ahora? No. ¿Una deuda histórica? Desde siempre.
Las nuevas propuestas respecto a la Educación Superior en el país van abanderadas
de intensiones como:
·
Calidad
académica.
·
Mayor
acceso a la educación superior.
·
Investigación
en las universidades.
·
Cooperación
de las mismas.
·
Interés
colectivo.
Las críticas frente a estas propuestas se enfocan, muchas veces, en “la
aplicación intempestiva” de reglamentos y mecanismos que el régimen formula
para llegar a estas metas, como por ejemplo:
- · Sistema Nacional de Nivelación y Admisión, SNNA.
- · Reglamento de Escalafón Docente .
- · Acreditación de las Universidades.
- · Cierre de las universidades categoría “E” y plan de contingencia.
- · Acreditación de las carreras, etc.
Otras posturas, en cambio, acusan a las propuestas de mentirosas. Denuncian,
según su punto de vista, una intensión de privatización de la educación, de
convertir a las universidades en excluyentes (como si no lo fueran
históricamente), de atropellos a los derechos laborales de docentes y
administrativos.
El problema de estas posturas (además de ser vinculadas a intereses
politiqueros en muchos casos) es que las estamos pensando desde la concepción
de Estado-Nación que nos dejaron como herencia del sistema capitalista e
imperialista, que se asentó en la educación concibiéndola como espacios para
generar mano de obra calificada, que a su vez, pueda sostener el sistema que se
iba desarrollando en un mundo globalizado. Tuvo éxito.
Repensar la educación, entenderla como esa herramienta del pueblo para
desarrollar sus condiciones de vida, en función del bienestar común, nos
llevaría a pensar, por ejemplo, que no solo el acceso a la educación debe ser
masificada, sino el conocimiento también; que la gratuidad no significa
simplemente el no pago de matrículas y aranceles, sino que se trata de generar
las condiciones adecuadas para que la gente pueda estudiar y, que además es la
posibilidad real de aportar socialmente con el conocimiento adquirido en las
aulas.
Las necesidades respecto a la educación superior en el país y en el
mundo, no son de reivindicaciones gremiales, sino una urgencia de cambio
estructural, entender que las universidades no somos los únicos actores, pero sí parte importante de este cambio. Estos cambios necesitan de un pueblo listo para emprenderlas, pues
al repensar la educación, damos la espalda a sectores beneficiados por la
propuesta inicial de educación mercantilista. Esa acción tratará de ser
bloqueada.
En este escenario, la búsqueda de la nueva Universidad nos involucra como
sociedad en actores activos, críticos y propositivos de lo que necesitamos
construir. Que no nos ocurra lo de los años 70, (deuda histórica que nos
dejaron los entonces actores universitarios): buscar un ingreso indiscriminado de
estudiantes a la Universidad, a costa de la calidad académica y su visón social.
Actualmente los jóvenes universitarios organizados para repensar la
educación han propuesto como luchas primordiales una III Reforma Universitaria,
que potencie a la Universidad como un actor vital en la construcción social; que
se fortalezca la educación pública, con gran urgencia, en los niveles básicos y
bachilleratos a fin de dar condiciones de inclusión real a los sectores
históricamente vulnerados, entre otras plataformas de lucha.
Como decía Ernesto “el Che” Guevara: los universitarios son capaces de
sostener o derrumbar cualquier sistema económico. Entonces, los espectadores
con actitud de “lava manos” arriesgan la permanecía de la educación
mercantilista, pero tienen y tenemos la opción de trabajar activamente por la
construcción de la nueva universidad, de la nueva sociedad.
sábado, 17 de noviembre de 2012
¿Sudaca? !NO¡ Latinoamericano, ¡SI¡¡¡

Se
“acelera” el cuerpo de cualquiera, de rabia e indignación, cada vez que a
nuestros pueblos nos quieren limitar hasta las fronteras de la mente.
¿Sudacas? ¡No! ¿Sudacas de mierda? ¡Bajo ningún criterio!
¿Sudacas? ¡No! ¿Sudacas de mierda? ¡Bajo ningún criterio!
Esos siglos de colonización geográfica, cultural, política,
económica, de vida, deben y han empezado a quedar atrás por una urgencia
histórica marcada por la lucha popular. Le llegó la hora, a esta patria
nuestra, la Latinoamericana, la sudamericana, de meterse en las prácticas de
reivindicaciones profundas.
Partamos
por recordar y no olvidar que el saqueo económico y cultural vino de gobiernos
imperiales externos y criollos "salvadores y de buenas gentes" que
pretendieron condenar a nuestros países a ser pobres, para lo cual nos
diseñaban “planes de desarrollo" sin conceptos como solidaridad, igualdad,
justicia. Así, sin más, dividieron al mundo implementando la estrategia, no
sólo de violencia, sino también, infiltrándose, nos colonizaron la mente.
Entonces, convertidos en “pueblos pobres, subdesarrollados,
corruptos, de migrantes”, como consecuencia, allá, fuera de nuestra gente y de
nuestros lares, no éramos más que “Sudacas” Los “Sudacas”, gente explotada y
marginada, tenía -por desgracia aún tiene- la mano de obra barata que le
sirve a quienes se olvidaron del respeto a la humanidad.
Definámoslo:
Sudaca.- “gente que hace un buen trabajo para hacer crecer el capital
ajeno, pero de cuidado”. Luego vinieron corrientes que intentan cambiar el
contexto de la "categorización" de ser Sudaca: el orgullo sudaca,
grupos de música sudacas, empresas de asesoramiento sudaca, etc.
Pero
¿es justo con nuestra cultura aceptar este término de nacimiento
despectivo?
Alrededor
de Latinoamérica los movimientos sociales buscan recuperar una identidad que
tiene que ver con lo propio, con nuestra cultura. Los países andinos han tomado
como políticas necesarias el Sumaq Qamaña (Aymara), el Sumaq Kawsai (Quehua),
el vivir bien o Buen Vivir (castellano). Estos sí, enmarcados en el respeto,
igualdad, equidad para todo el conglomerado humano. Entonces, los jóvenes y
toda la sociedad, nos sentimos comprometidos con la responsabilidad de
fortalecer estos conceptos y llevarlos a la práctica.
Así, en Latinoamérica ya hay muestras de esa
responsabilidad, las movilizaciones juveniles son ejemplo de ello, masivas en
el caso de Colombia y Chile que exigen sus derechos en educación y bienestar
social, Ecuador no se ha quedado atrás -unidos los universitarios públicos, privados y politécnicos- con la CEUPE , lo hacen con consignas como “la alegre rebeldía”, rebeldía planteada
para recuperar identidad en todos los campos. Sus victorias aún están
pendientes pero su lucha es incansable. Los grupos juveniles pensamos nuestra
Latinoamérica de y para nosotros.
Los
sudamericanos, los caribeños, los que nos identificamos con la gran patria
latinoamericana, debemos ser entendidos como pueblos con una
cultura ancestral que nos brinda la posibilidad de ser y estar en el mundo con
una identidad propia. Somos gente solidaria con el otro y con la
naturaleza, con nuestros estados y con la necesidad de ser soberanos:
cultural, política, económicamente, ricos en nuestros vestuarios, comida
y creencias. Estos conceptos y estilos de vida nos dan también la
posibilidad de recibir a cada ciudadano del mundo con el mayor respeto… para
que nunca más nos irrespeten.
El
camino es largo, pero se ha empezado a caminar: varios países ya hablan de la
descolonización, de la soberanía, sin embargo hay mucho por hacer, aún hay
deudas pendientes, de todos lados, del gobierno, de los movimientos sociales,
de la juventud etc. Aún nos falta pueblos en total empoderamiento de nuestra
identidad, fuertes contra el dominio, unidos, claros en la ideas.
No hay
recetas ni un solo rumbo trazado, pero sí está en nuestras manos la posibilidad
de pelear fuerte contra las formas de dominio. Aceptar las categorizaciones
externas implica una dominación que enraíza la falsa condición de ser pueblos
sumisos.
La
subvaloración de los sudamericanos -historia contada a pedacitos y traída de
allá, bien al norte y difundida también por esa prensa, parlante de los de allá-
no es propia. Nuestro papel se debe escribir de otra forma desde esta
realidad.. Latinoamérica ya va reconceptualizando varias ideas, porque
entendemos, y con orgullo, que esta tierra se debe a manos campesinas, indias,
negras; con resistencia a la imposición y, por lo tanto, manos a las que les
debemos nuestra lucha también.
El
periodismo, en general, y los periodistas en particular, entendiendo este
contexto y el poder de los medios –que no es retórica sino realidad, cargada de
responsabilidad- tenemos una gran tarea: repensarnos y repensar los mensajes,
que en gran medida influyen en la construcción de los imaginarios colectivos y,
en consecuencia, en la construcción de las sociedades. Repensarnos para caminar
con nuestros pueblos.
Como dice el mismo Galeano: "Los más perseguidos han sabido
guardar para la humanidad entera, no sólo para ellos mismos, lo mejor de estas
tierras, que es la memoria de la comunidad como posible modo de producción y de
vida"
Entonces, ser de acá, nacer al calor de nuestra tierra, es un
orgullo acompañado de responsabilidad. Por eso, ¿Sudaca? No! ¿LATINOAMERICANO,
SUDAMERICANO? ¡Siempre!
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